Un dulce típico de Semana Santa muy bueno y muy fácil de hacer.
Búscate compañía que lo mejor de hacer esta receta es estar “marujeando” con alguien, jajaja
Ingredientes: 1 vaso de aceite, 1 vaso de vino blanco, un chupito de anís, harina (la que admita) y azúcar para rebozarlos.
Colocamos el aceite en un cazo y lo ponemos al fuego con una cáscara de naranja o de limón hasta que se caliente. Lo dejamos enfriar unos 10 minutos.
Ponemos en un bol el aceite, el vino, el anís (yo le pongo un tapón) y le vamos añadiendo la harina poco a poco, hasta que quede una masa suave y que no se nos pegue a las manos.
Amasamos unos 5 minutillos. Vamos cogiendo trocitos de masa y con ayuda del rodillo de cocina la estiramos lo más fino que podamos (cuando más finita esté la masa, mas se inflarán al freírlos).
Cortamos con un cuchillo en cuadrados y hacemos la forma típica de los pestiños.
Freímos en abundante aceite (yo he utilizado de girasol), sacamos, dejamos escurrir y una vez estén templados los pasamos con azúcar.